Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Las caras de Podemos

Podemos repite los moldes de los viejos partidos, de esa casta con la que quiere acabar

En poco tiempo, en los partidos nuevos, como es Podemos, se repiten los vicios de los partidos antiguos. En primer lugar, la división, que más que por el ideario aquí es por la táctica, es decir por la manera de presentarse ante la sociedad. De un lado el número uno del partido Pablo Iglesias, quiere que Podemos sea una fuerza radical y de protesta, llevando a la calle cuestiones que en las democracias se debaten en las instituciones; de otro, su número dos en el partido, Íñigo Errejón, pretende una formación que no dé miedo, con vocación de seducir a una mayoría, porque las revoluciones hoy día no apetecen demasiado a una sociedad que, poco o mucho, tiene algo que conservar. De momento gana, como suele suceder, el número uno. Sólo por su influencia ha ganado su candidato Espinar, en las elecciones de la Asamblea de Madrid, frente a la dulce -en apariencia- Rita, y eso que el candidato tenía el hándicap del pelotazo que dio con su piso de protección oficial, adjudicado de manera irregular y explicado con torpes justificaciones. Iglesias se presentó a las generales con los comunistas de IU y ahora se alía, radicalizándose, con Izquierda Anticapitalista,

Como decía, el joven Podemos repite los moldes de los viejos partidos, de esa casta con la que quieren acabar. Así Espinar quiere echar al que era portavoz, aunque éste dice que no se va, y esto después de su canto al compañerismo que hizo en la rueda de prensa. El propio Pablo Iglesias se prepara para la reelección en la asamblea Vistalegre II, mandando con meses de antelación al secretario de Organización, Echenique, a viajar a provincias, pese a sus dificultades para la movilidad y con objeto de que plantee el dilema del Podemos radical o el transversal, en las asambleas regionales. Para la reelección, Iglesias no lo tendría difícil controlando Madrid y Andalucía, pero la líder andaluza, Teresa Rodríguez, notificándole que su organización es autónoma, según decidió la II Asamblea, que confeccionará sus listas electorales y que con sus 17.000 inscritos puede ponérselo difícil. Nos incorpora así al censo de las nacionalidades históricas.

Si Podemos se radicaliza es una oportunidad para el PSOE para recuperar su electorado, el que nunca dará su voto al PP, pero tampoco a partidos enemigos de España, ni menos a los que se refirieron a la cal viva. El diputado de Podemos Delgado, que es Guardia Civil, oyó imperturbable cómo en el Congreso se acusaba al Instituto Armado, por voz de algunos de sus compañeros, de haber asesinado a los "patriotas etarras".

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