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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Más catalanes que católicos?

Los obispos catalanes olvidan que católico significa universal, lo que comprende o es común a todos

Los obispos de las diez diócesis de Cataluña han pedido a los católicos "que, descubriendo el paso de Dios por la vida en estos momentos de complejidad, seamos instrumentos de paz y reconciliación en medio de la sociedad catalana, y no dejemos de orar al buen Dios por la paz y la justicia en Cataluña". ¿Y si en vez de orar se limitaran a pedir a los golpistas independentistas, siquiera a los que se dicen cristianos practicantes, que cesen en su actitud? Porque la paz social en Cataluña la han roto, pisoteando la justicia y atentando contra el Estatut y la Constitución, esos encarcelados -Junqueras, Forn, los Jordis- ante cuya prisión preventiva los obispos muestran su "preocupación", pidiendo "una reflexión serena" sobre su encarcelamiento y que se consideren "las circunstancias personales de los afectados". ¿A dios rogando y con la independencia dando?

La paz y la justicia la han roto los secesionistas golpistas poniendo en grave aprieto a toda la nación (a veces los obispos catalanes parecen olvidar que católico significa universal, lo que comprende o es común a todos) con artimañas golpistas día tras día desveladas por las investigaciones de la Guardia Civil. Curiosa fórmula, por cierto, la de llamar "afectados" a quienes urdieron, planificaron y ejecutaron, junto a otros no encarcelados o fugados, el golpe anticonstitucional que tantos millones, desprestigio internacional y tensiones internas han procurado a España y Cataluña.

Curiosamente -es un decir: todos sabemos de qué pie cojean- no se dirigen a los independentistas secesionistas pidiéndoles que depongan su actitud. Ni tan siquiera a los que se autoproclaman cristianos practicantes, sobre los que se supone que deberían tener alguna autoridad. Más bien igualan a quienes vulneran las leyes y a quienes garantizan su cumplimiento, invitándoles a todos al diálogo. "No podemos ignorar ni menospreciar -dicen los obispos catalanes- que en relación a Cataluña existe un problema político de primer orden que obliga a buscar una solución justa a la situación creada que sea mínimamente aceptable para todos, con un gran esfuerzo de diálogo desde la verdad, con generosidad y búsqueda del bien común de todos". Pero no señalan a quiénes han creado artificialmente este problema, alimentándolo durante años en muchos casos con apoyos clericales. ¿O no recuerdan el manifiesto de los 282 sacerdotes secesionistas?

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