La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Una ciudad rica en vías anónimas

Aunque no es este agosto el más rico en obras, sí hay que coincidir en que durante esta especie de paraíso que es la ciudad en agosto, las obras y la abstención hostelera son su mayor problema. No cabe quejarse este año demasiado por las obras, pero sí hay que sumarle una complicación que hace especialmente arduo el transitar del no iniciado.Y me refiero a la cantidad de calles anónimas que nutren el callejero de la ciudad. Es un defecto antiguo que no sólo no se corrige, sino que va adquiriendo dimensiones descomunales así que va discurriendo el tiempo sin que se le ponga remedio. Cada vez que se derriba o rehabilita una casa que hace esquina y que luce en su fachada el nombre de la calle, ese rótulo no se repone. Sería curioso inventariar las calles innominadas que existen en la ciudad para martirio de guiris agarrados a un plano que apenas les desvela algo.

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