Visto y oído

Francisco / Andrés / Gallardo

Yo confieso

LOS 80 fueron años algo ásperos, sinceramente horteras. Insufriblemente cándidos. Al cabo de los lustros quedan como idealizados, porque de aquellos tiempos tenemos más recuerdos que imágenes e información. Y eso es lo que están perpretando las tv movies españolas de la época: evocar unos años 80 imposibles, como lo que ametralla la biografía de Isabel Pantoja, Hoy quiero confesar. Yo confieso que, para pasar un rato, lo de Belén López en Antena 3 llega a arrancar, involuntariamente, alguna sonrisa por exceso de cursilería y otro tanto por endeble caracterización y ambientación (¿por qué no pidieron la ropa a algunos fans, como se vio en un impactante reportaje posterior?). A Belén le ponen una melena hasta el coxis, ea, y ya es la Pantoja. Los directivos de las cadenas españolas deberían tener en la cabecera de su dosel la miniserie Carlos, para aprender cómo se recrea un tiempo y cómo se construyen unos personajes reales. Tal vez es mejor hacer sólo una tv movie aceptable, con presupuesto, de un personaje interesante, que cinco de personajetes que en realidad tienen que poco que confesar.

Lo de Hoy quiero confesar viene a ser una colección de recortes de revistas a los que se les ha dado movimiento, una adaptación literaria del Hola. De aquellos años en que no había programas del corazón ya tenemos dos visiones televisivas del trío de ases Paquirri-Isabel-Carmina (sólo falta el posterior dúo Preysler-Boyer para dibujar los 80 revisteros). Confiemos en que la pata que falta, Carmina, esté más inspirada que las otras dos. En la biografía de Isabel Pantoja falta sustancia, psicología, más personaje. Pero sobre todo falta contexto: falta la España de aquel tiempo, esbozar de verdad el entorno. Aquel que logre conjugar telenovela con contexto dará el paso que necesitan los telefilmes españoles para que empecemos a tomárnoslos en serio.

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