La tribuna económica

Gumersindo / Ruiz

Cómo se crea empleo

LOS últimos datos del paro son demoledores. No constituyen una sorpresa porque, desde el inicio de la crisis, se podía ver que las condiciones para la creación de empleo en España habían desaparecido. La cadena de efectos negativos la forman el propio paro, la deuda pública para pagar el desempleo, la caída de los ingresos públicos, la debilidad del consumo, la morosidad, la falta de crédito, y como eslabón que une principio y final, la falta de perspectivas del sector inmobiliario. Me ha sorprendido, sin embargo, que aumente la población activa, el número de personas que acceden al mercado de trabajo en busca de empleo.

En 2001 se empleaban menos de 16 millones de personas en España, y en la actualidad la economía da trabajo, a pesar de todo, a 18,5. Los casi seis millones de personas que entraron en el mercado laboral español en los diez años antes del comienzo de la crisis siguen creciendo; 115.000 más en el último trimestre. Ésta es una de las muchas burbujas que se han formado, y sólo un flujo migratorio en sentido contrario, es decir, la emigración desde España hacia el extranjero, puede ayudar a recobrar el equilibrio.

En un curso de verano de la Universidad de Málaga se han estudiado los 60 años de relaciones entre Corea y España. Una de las cuestiones que más llamaban la atención era que España tuviera un paro del 20%, mientras que en Corea no llegaba al 3,5 %. Los dos eran países agrarios que experimentaron una transformación profunda; Corea crea y mantiene una estructura industrial, y España de turismo, construcción y servicios. España supera a Corea en renta por habitante, ya que este país debe competir con los bajos precios de los productos industriales en la economía internacional; sin embargo, su forma de producción lo convierte en una formidable maquinaria de creación de empleo. Mientras la producción industrial española se recupera actualmente con un crecimiento del 5%, en Corea lo hace a una tasa del 21,5% (esto explica también por qué en las zonas industriales del norte el paro es del 10% y en Andalucía del 27%).

Corea aventaja a España en competitividad en los mercados internacionales, lo que no es fruto de ninguna política económica o legislación laboral, sino de la investigación aplicada a la industria, que allí la paga sobre todo la empresa privada; un fuerte ahorro privado y débil consumo interno, que obliga a la industria a vender fuera; y una estrecha conexión entre investigación, desarrollo del producto y fabricación. Por mucho que innovemos y tengamos algunas empresas punteras, si se carece, como es nuestro caso, de una base amplia para la fabricación, podrá generarse un reducido empleo especializado, pero el volumen importante de empleo se creará fuera.

Ningún gobierno va a ser capaz de solucionar el problema del paro, y la transformación de la economía va a requerir muchos años. Pero el drama es real y el sufrimiento cotidiano. Para enfocar este problema adecuadamente hay que considerar la complejidad y raíces del mismo, y no sólo ocurrencias aisladas de unos y de otros. Es algo de más envergadura, un reto colectivo de cuya superación depende el futuro del país y de nuestra forma de vida.

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