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El análisis

¿Hay crisis económica?

Como empresario, lo más sensato es asumir que tenemos una crisis entre manos y buscar soluciones, porque, de lo contrario, las consecuencias serán malas para todos

ES más peligroso caerse de un burro que de un caballo. Al caer de mayor altura, tienes más tiempo para prepararte para el golpe. En cambio, el caer de un burro entraña mayor peligro; caes de menor altura y el golpe es menor, pero tienes menos tiempo para reaccionar y la sorpresa hace el golpe más peligroso. De la misma manera, en economía es más peligrosa la incertidumbre que la crisis. Ante la certeza de una crisis te preparas, reduces costes, hablas con los bancos, asumes pérdidas y puedes volver a levantarte. El peligro está en la incertidumbre. La incertidumbre hace que no tengas la esperanza de que todo va ir a mejor, hace que no reacciones ante las pérdidas esperando tiempos mejores que no llegan y hace que la crisis te coja por sorpresa, pides dinero y el banco te lo niega y no te puedes levantar. Esperas un golpe de viento que te devuelva a la costa y éste no llega.

Yo no soy de la opinión de que el Gobierno deba hacer una valoración adornada de la economía. Creo que hay que dar una visión real de la misma. Los mercados valoran más la credibilidad de las fuentes que la bonanza de los datos. Está demostrado. En las últimas crisis de las empresas automovilísticas, la bolsa castigaba más las mentiras (como planes de negocio incumplidos) que las pérdidas anunciadas con anterioridad. Por eso yo entiendo que se hace un mayor servicio a la economía española siendo realista que siendo creativo. Una vez dicho esto, vamos al meollo del asunto. La pregunta más importante que debemos hacernos es: ¿hay realmente crisis económica?

El 16 de enero tuvo lugar la reunión de la junta directiva de la CEOE, de la que soy miembro. En este foro se habló amplia y concienzudamente de la situación económica, pero yo quiero en esta tribuna, y tomando como base el contenido de esa reunión, dar algunas pistas sobre la existencia o no de una crisis:

Febrero negro: durante los meses de enero y febrero se publican las auditorías de las principales entidades financieras americanas. Citicorp, por ejemplo, ya ha publicado los resultados dando unas pérdidas enormes. Los resultados este año están siendo nefastos y, como es lógico, las bolsas se resienten. Pero, si leemos entre líneas, esto no es todo lo malo que parece. Resulta que después del caso Enron, por un lado se ha endurecido la ley de auditorías en América y, por otro, han cambiado todos los altos directivos de estas compañías. Estas dos circunstancias hacen que estas compañías no se cojan los dedos y se den resultados mucho peores de lo que sería normal. Los nuevos ejecutivos no quieren asumir los errores de los anteriores y todo el mundo está asustado por la dureza de las nuevas leyes. Por tanto, parece razonable creer, en este caso, que la realidad es mejor que los resultados que se van al publicar.

Otro dato: las matriculaciones durante el mes de enero, por primera vez en mucho tiempo, van a caer en cifras de dos dígitos. Como se sabe, las matriculaciones de coches son el canario de la mina de la economía: cuando el canario tose es que hay gas en la mina y el canario, en esta ocasión, tiene neumonía. Estos datos también hay que valorarlos con cuidado. El diablo se esconde en los detalles. Y es que en esta ocasión las matriculaciones están recogiendo los efectos coyunturales de los impuestos ecológicos y el fin del Plan Prever. A pesar de esto, son datos de crisis.

También es revelador que este año se ha vendido más en las rebajas que en Navidades, y siempre que en España ha ocurrido esto, se ha barruntado una crisis.

Y por último, como dato anecdótico, aunque esclarecedor, en la pasada reunión del comité de coyuntura económica de la CEOE faltaron sillas para los asistentes, cuando no suele ser ésta la tónica general. Los más veteranos del lugar dicen que siempre que ha ocurrido esto, ha sido síntoma de que una crisis importante se estaba fraguando.

Dicen los médicos que las enfermedades del principio son fáciles de curar, pero difíciles de diagnosticar y las del final son difíciles de curar pero fáciles de diagnosticar. También se suele decir que cuando un paciente se entera de que tiene una enfermedad grave, pasa por tres etapas claves: negación, enfado, asunción del problema y búsqueda de soluciones.

Entonces, ¿estamos ante una crisis dura o ante un aterrizaje suave? No sé si hay que irse a alguno de estos extremos. Como empresario, lo más sensato es asumir que tenemos una crisis entre manos y poner soluciones. Lo contrario será malo para nuestro negocio, pésimo para nuestra gente y peor para nosotros.

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