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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Una crónica de material sensible

Sobre el visionado de un recorrido altamente sentimental y en el que se desvela que hubo vida antes del 92

ESTÁBAMOS en una confortable sala de Puerto Delicia, la noche tintaba magnífica y la cosa discurría a guisa de particularísimo cuarto de los cabales. El motivo de la reunión era el visionado de una crónica sentimental salida de la creatividad de Victorio Duque, el sobrino de Aquilino. Crónica de tremendo contenido, material altamente sensible sobre el capítulo más brillante de un club de fútbol con ciento dos años de historia y no, como se reitera de forma contumaz, de únicamente diecisiete. Una crónica audiovisual que un personal muy necesitado de alegrías se bebió casi al mismo ritmo que las lágrimas, ahora tan copiosas.

Narra dicha crónica la andadura de un equipo de fútbol hasta llegar primero a la meta fantástica de la Liga. Plena República y ese equipo, despojado por razones de coyuntura política de su realeza, que se hace con el liderato en la jornada tercera para no soltarlo más. Un equipo de hombres, vascos en su mayoría con el adobo sevillano de gente recia como Peral o con el duende de Pepe Valera, el último héroe en fallecer y que ni siquiera mereció un brazalete negro o un minuto de silencio a su muerte. Se miraba en derredor y se observaban lágrimas de todo tipo, sin tapujos o furtivas, difícilmente disimuladas bajo los cristales de gafas con más fidelidad que dioptrías.

Salían personas vivas rememorando hechos y gestas de sus familiares muertos. El hijo de Larrinoa resaltaba el carácter de su padre, la hermana de Lecue hacía hincapié en la calidad de un vasco que sería el primer internacional en la historia del club que aún lleva trece barras en su escudo. Y el hijo de Aedo, con acento lógicamente mexicano, redundaba en el cariño que su padre le tuvo al Betis, como el hijo y la nuera del gran hacedor de la cosa, Patricio O'Connell, para un emotivo final en el que el hijo de Unamuno, en la sala de trofeos de San Mamés, besa la copa de aquella Liga que el Betis ganó en demostración palmaria que hubo vida antes del 92 y más digna incluso.

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