La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Cuando ya la cuesta es una realidad

Después de un mes de luminarias y peces que beben y beben en el río de la ilusión, después de un ir y venir de riadas humanas por el centro de la ciudad en busca de no se sabe qué y en plena resaca de la más inquietante Cabalgata que se recuerda, la cruda realidad. Con todos ustedes, señoras y caballeros, la dura prueba de la pendiente más empinada que registra la orografía española, la temible cuesta de enero. Tras el día de las devoluciones de regalos que no nos quedaban bien, la cuesta de enero asoma su patita por debajo de la puerta. Y no como el lobo, que necesitó enharinársela. La cuesta de enero se aparece de pronto, sin maquillar, con toda la crudeza que en muchísimos casos conlleva una considerable carga de dramatismo y de incertidumbre, con la descarnada realidad de facturas que hay que pagar y compromisos que cumplir. La cuesta, esa pesadilla.

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