CUENTAN que cuando el avispado inspector de Policía llegó a la sala del crimen y vio que el cenicero estaba lleno afirmó con rotundidad y sin que le temblase la duda en su voz: "Aquí han fumado". Más o menos lo mismo que el brazo alargado del Gobierno central en Sevilla ha dicho sobre la ola de asaltos que se están produciendo en Simón Verde. Ha dicho el garante del orden que todo se debe a una banda especializada, pues ¿a quién se iba a deber? Tíos que en diez minutos desactivan la alarma y arramplan con todo el dinero y que han repetido la faena un centenar de veces en cuatro meses deben estar mínimamente organizados o muy organizados, diríamos con más propiedad. Es a lo más que se ha llegado en las investigaciones, según se ha declarado con mucha luz y bastantes taquígrafos. Lo que no se sabe es si fuman o no, pero descubrir que están organizados y descubrir la pólvora es muy parecido.