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Cosas que pasan

Ricardo Castillejo / Rcastillejo@grupojoly.com

De la duquesa a la emperatriz

HOY necesitaba un tema. Mi armario de previsiones parecía estar en dique seco hasta que, de pronto, se me encendió la luz de las buenas ideas que, en este caso, ilumina desde Jerez un amigo secreto que, de cuando en cuando, me suministra informaciones como ésta que se producirá en septiembre cuando se unirán en matrimonio Inés Domecq, prima hermana de Mercedes Bohórquez Domecq, con un nieto de la duquesa de Alba, hijo de Alfonso Martínez de Irujo, duque de Aliaga. Éste último, patrono de la Fundación Casa de Alba, estuvo casado con María de Hohenlohe, de la que se separó y con quien tuvo dos varones (Luis y, el casamentero, Javier, de veintisiete años).

Por su parte, la novia es, a sus veinticinco primaveras, descendiente de Huberto Domecq Ybarra y María Jesús Fernández Govantes y, entre otras actividades, se la ha podido ver posando como modelo en algún reportaje fotográfico organizado por Nati Abascal para la revista ¡Hola! junto a su mencionada prima. Según he leído, la futura novia estudió Publicidad y Marketing y, por lo que también sé, se encuentra muy ilusionada ante el casi inminente acontecimiento. No obstante, como ninguno de los dos son conocidos cara a la opinión pública, se trata de un hecho que se deslizará discretamente entre el tumulto rosa hasta que, en la ciudad gaditana De la Frontera, tenga lugar el enlace.

Precisamente otra noble, la famosa emperatriz Sissi, también es noticia estos días por su regreso a la gran pantalla a través de la recreación de su historia que prepara Catherine Zeta-Jones, esposa de Michael Douglas. Un papel que convirtió en un mito Romy Schneider y que, en este caso, contendrá matices con toda seguridad muy diferentes. Con Tom Hanks en el papel de emperador, lo único que no me queda claro es cómo resolverá la curvilínea Zeta-Jones la representación de la anorexia de la austríaca que, enferma, luchó contra la naturaleza para mantenerse siempre en los cincuenta kilos. Como pueden comprobar, lo de la obsesión por la imagen, viene de lejos.

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