LOS últimos días hemos presenciado una atención inusual a la situación actual y a las perspectivas de nuestra economía durante los próximos meses. O era inusual. Desde hace un año, la prensa internacional está prestando gran atención al desarrollo de la economía española. El FAZ alemán -y no es el único caso- calificaba recientemente de milagro económico lo que está sucediendo. 'Il sorpasso' que hemos dado a Italia en renta por habitante ha tenido gran repercusión en los medios internacionales. En fin, el último informe sobre la economía española publicado por The Economist no pudo ser más encomiástico de lo que hemos sido capaces de hacer.

Sin embargo, a raíz de la crisis hipotecaria generada al otro lado del Atlántico, han comenzado a arrojar dudas acerca de nuestra capacidad para continuar creciendo muy por encima de nuestros socios comunitarios con el mismo modelo económico. De entrada, The Economist ha rebajado la previsión para el PIB a un 2,4 por ciento para este año, frente al 3,1 del Ministerio de Economía. Esta tasa nos situaría todavía por encima de casi todos los países de la OCDE, excepto Australia y Suecia y sería superior en 8 décimas a la media de la zona euro. Pero para el siguiente, el diferencial se reduce a 3 décimas, lo que sugiere el fin del crecimiento diferencial respecto de eurolandia.

Los medios se muestran escépticos acerca del optimismo de Zapatero sobre el futuro a corto plazo. Después de haber superado a Italia en renta por habitante, Zapatero bromeó con Sarkozy avisándole de que iba a por Francia, para superarla también en renta. El adelanto a Alemania también ha sido recogido por el Herald Tribune y el Financial Times a propósito de una reciente conferencia del Presidente.

Sin embargo, en todos los casos, se anuncia un importante freno a la expansión como consecuencia de las fuertes restricciones financieras que los bancos están aplicando a familias y empresas, sobre todo inmobiliarias. Este anuncio es cierto, pero no tanto que el déficit por cuenta corriente suponga una amenaza que estrangule el proceso.

En mercados financieros abiertos -como la eurozona- la restricción financiera se debilita notablemente. En mayor medida, además, si tenemos en cuenta que buena parte de esa financiación externa se ha dirigido a la inversión, y no al gasto, y adicionalmente al país que, hoy por hoy, sigue mostrando el mayor dinamismo y mejores expectativas de toda la UE.

No se trata de combatir las críticas con optimismo despegado de la realidad, pero el panorama de las otras tres grandes economías de la zona euro es lamentable en algún caso e incierto y sin perspectivas claras en otros. España continúa siendo el más atractivo de las grandes economías para invertir y esperar buenas oportunidades de crecimiento.

Por lo demás, la adopción del "estilo Sarkozy" que recomienda a Zapatero uno de los más prestigiosos periódicos, no lo entendemos, porque algunas de las reformas que el presidente francés está intentando llevar a cabo las ha realizado España hace ya más de una década a través de una fórmula sencilla: privatizar los grandes servicios y empresas públicas para que compitan y se expandan en los mercados internacionales.