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Desde mi córner

Luis Carlos Peris

Era economía de guerra, amén

La dilación en los fichajes y los últimos movimientos confirman lo que Lopera anunció hace ya meses

CUANDO se está como una regla, pues se dice y punto en boca. No pasa nada por estar tieso y la verdad es que casi así lleva uno toda la vida, no por eso me impide ir por la calle con la cabeza bien alta y sin tener que esconderme ante nadie. Se está tieso y qué, pero lo que no puede uno es ronear de lo que no existe, de unos posibles inexistentes y al cabo va a demostrarse que el Betis de Lopera está como una mojama, que si un ratón se cae en la caja fuerte se desnuca, palmatoria total. Todo el verano mareando la perdiz, que si Fulano hoy, ayer Mengano y mañana cualquiera sabe quién. Nada, tieso total. Al cabo, economía de guerra.

Esa era la negra realidad del Betis de Lopera, la de una economía de guerra y eso no es vergüenza alguna. Vergonzosas son otras cuestiones que ocurren en el club y, sobre todo, en la cúpula loperiana y en esas cloacas informativas que ha creado para hostigar a los béticos y para, al dictado, crear expectativas más falsas que un billete de quince euros. Que si Chrétien, que si una gran estrella, que si patatín y patatán, pero estamos ante un agosto archiconocido y todo por no reconocer que la caja fuerte está limpia y reluciente, sin mezcla de billete alguno. Mientras tanto, que si va a vender las acciones a unos señores muy serios y de gran solvencia, bla, bla, bla...

Con lo bien que se aceptaría la verdad, decirle a los béticos la realidad del club y no tenerlos en ascuas. Pero, nada, todo se va en vetos, incluso embaucando a un Ayuntamiento democrático para dicha práctica, en anunciar querellas y en solicitar un hilarante amparo a los insultados. Vivir para ver, el Betis sigue su marcha, la Liga se acerca, el sábado tiene su primera prueba rigurosa en La Rosaleda, los descartados se achicharran al sol de Los Bermejales y todo parece como una película visionada por enésima vez, casi siempre en agosto. Hay que ver, Lopera, con lo fácil que tuviste hacerte con un nombre en Sevilla, o al menos en la media que tuerce en verde.

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