EL domingo pasado, al hilo de la actualidad del Día sin Coche, les hablaba del frenazo y marcha atrás en la introducción de los utilitarios 100% eléctricos para el tráfico rodado y cotidiano, uno de los ejes del ansiado cambio de modelo productivo. Pero en España utilizamos las crisis como una oportunidad... para cargarnos las oportunidades de futuro. Hoy nos topamos con otra circunstancia similar. Las viviendas con el máximo de eficiencia energética y el mínimo daño medioambiental por su construcción y fabricación de componentes. Concluye hoy en la Casa de Campo madrileña la exhibición de los prototipos de viviendas a tamaño real que compiten en la final del certamen Solar Decathlon. De los 19 equipos configurados en campus universitarios de China, Japón, Dinamarca, Italia, Francia, España, etcétera, el Andalucía Team, con la coordinación de Francisco Javier Terrados, profesor de Proyectos Arquitectónicos en la Hispalense, ha ganado la prueba de eficiencia energética, por las prestaciones de la casa denominada Patio 2.12. De 100 puntos posibles, ha logrado los 100. Buenas expectativas para conocer hoy su puesto en la clasificación definitiva, que se elabora combinando las notas en diez categorías.

La arquitectura bioclimática no es una ocurrencia. Aúna nueva tecnología y sapiencia milenaria sobre la calidad de vida gracias a la luz y al agua. Esta casa prefabricada, completamente domotizada, tiene la idiosincrasia de las viviendas andaluzas que enlazan espacios abiertos y cerrados. Los promotores, constructores e instaladores, sectores machacados por el hundimiento del ladrillo especulativo, tienen en experiencias como Patio 2.12 una vía de reinventarse. Genera hasta tres veces más energía de la que consume. Y con la ventaja competitiva de ser un negocio sin fronteras, en la Patagonia, en la Provenza, en el Aljarafe o en Kazajistán. Sin embargo, el debate sobre las viviendas sigue instalado en nuestra sociedad sobre premisas obsoletas y cerriles. Un vacío de ideas que todo lo llena y contamina. Apegados a la usura y a la ruina como las dos caras de la misma moneda.