Buena noticia según se mire la de la convocatoria de dos futbolistas que se nutrieron de los pechos del Sevilla y que engrosaron la tesorería del club, pero que ya no están en el club. Y sí es una noticia reconfortante ver cómo dos productos de la factoría que dirige Pablo Blanco desde hace 30 años funcionan a la perfección. Alberto Moreno ya fue internacional con el Sevilla; también Luis Alberto, aunque en las selecciones inferiores.

Han cuajado ambos en el exilio, que hay que ver cómo curte el exilio cuando media una disposición positiva. Alberto Moreno ha encontrado bajo la férula de Jürgen Klop en Anfield el camino adecuado tras un par de cursos sin tomarle el aire a la Premier. De la mano del alemán, el sevillano ha convertido su fútbol en más rocoso y en estos momentos es uno de los laterales mejores de la Premier en compañía de otros dos españoles, Monreal y Marcos, tan dispares y tan buenos.

En cuanto a Luis Alberto, quizá el futbolista con más calidad de las últimas hornadas de Montequinto, la sorpresa por la convocatoria de Lopetegui ha sido mayor. Su enorme calidad se veía lastrada por una frialdad congénita que ahora parece haber desechado. Y le ha ocurrido en la Serie A, en ese fútbol que sepultó a tantos buenos futbolistas. Liverpool se le atragantó tras haber lucido en el Miniestadi y tampoco rompió la pana en Riazor ni en La Rosaleda, pero tiene el duro.

Y el duro lo ha cambiado este gaditano espigado y con cara de buena gente en la Lazio. ¿Quién iba a pensar que Luis Alberto iba a sobresalir en el Calcio? Pues así ha sido, tanto que cuenta con algunas posibilidades mundialistas. Con su entrañable y casi tocayo Alberto Moreno contribuye a reafirmar el excepcional trabajo que Pablo Blanco lleva haciendo durante 30 años en los potreros de la carretera de Utrera. Lástima que estas perlas sólo sirvan para hacer caja.