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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El error del apaciguamiento

En el coche del terrorista se hallaron armas y un Corán. Pero no se le ocurra relacionarlo con el islamismo

En el coche del terrorista islamista que asesinó a un policía e hirió gravemente a otros dos en el corazón más blindado de un blindado París preelectoral se halló una escopeta, dos grandes cuchillos y un Corán. Pero no se le ocurra decir, ni tan siquiera sugerir, que el terrorismo islamista tiene que ver con el islamismo. Porque le colgarán el sambenito de racista y le pondrán una escarapela de Le Pen. Sobre todo no se le ocurra argumentar con datos históricos que una parte del islamismo -no todo, evidentemente- no ha sido capaz ni obligado a renunciar a la lectura literal, en vez de interpretativa, de su texto sagrado y al uso de la violencia para imponer su fe: y esto es cierto desde el año 711 hasta la alianza del Gran Mufti de Jerusalén con Hitler en 1941 o los recientes atentados que han causado miles de víctimas también musulmanas (porque, como hicieron almorávides y almohades, también atacan a los musulmanes que consideran "desviados").

El terrorista era un musulmán francés nacido en la región de París. En 2005 fue condenado a 15 años de prisión por haber intentado matar a dos policías, de los que cumplió solo ocho. En 2014 volvió a ser condenado por robo a cuatro años, de los que solo cumplió uno. El 23 de febrero de este año fue detenido y liberado un día más tarde por falta de pruebas. Desde marzo era investigado por sus contactos con combatientes del ISIS, pero no se consideró prioritaria su peligrosidad pese a que había manifestado su "intención de matar a policías para vengar a los musulmanes muertos en Siria" e intentado comprar armas. Pero no se le ocurra expresar su preocupación por la libertad de movimientos de los islamistas radicalizados conocidos por la Policía, la legislación de avestruz europea empeñada en ignorar la realidad, que en casi todos los casos los terroristas asesinos estén fichados o que en Europa haya miles de fundamentalistas infiltrados o europeos conocidos por la Policía y en libertad: 2000 en Francia y 2.248 en Bélgica considerados peligrosos. Porque le condenarán quienes pueden acabar con la libertad y la seguridad en nombre de la primera. "Queríais paz sin honra y ahora no tenéis ni paz ni honra" dijo Churchill en 1939 a quienes habían defendido la "política de apaciguamiento" frente a los nazis. La actual amenaza, por globalmente dispersa, infiltrada y dispuesta a morir matando, tal vez sea un enemigo más difícil de derrotar.

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