Las redes sociales y la posverdad lo aguantan todo o casi todo. Durante la semana ha circulado con profusión la teoría de que la detención de una turista sevillana en San Petersburgo acusada de robar un neceser respondería a una trampa puesta por los servicios de espionaje del Kremlin para que España dejase de colaborar con Estados Unidos en la localización y detención de ciudadanos rusos buscados por la Justicia norteamericana. Parece un guión de una película de serie B, pero algún medio que presume de serio la ha adoptado como propia.