LOS días señalaítos de Cruzcampo este mes en Sevilla no se circunscriben sólo a la visita del Rey a sus espectaculares instalaciones cerca de Torreblanca. Mañana, su histórica sede de Nervión es convertida por la Real Academia de Ingeniería en solemne recinto para el acto de ingreso en dicha institución de Jaime Conde Zurita, un ingeniero agrónomo que llegó a ser director general de Cruzcampo gracias a la ciencia que le aportó a la elaboración de la cerveza y a la mejora genética de la levadura.

Tomarse una cerveza es de los hechos más populares en Sevilla. Suele ocurrir que a lo acostumbrado no se le da el valor que tiene. Haría bien Heineken (seguro que Julio Cuesta toma nota), ahora que puede presumir más de fábrica puntera, en hacer alguna campaña para divulgar lo que de ciencia tiene la cerveza. Si Cruzcampo ha sido una empresa que ha generado riqueza en Sevilla no sólo se ha debido a la costumbre de tener hecho la clientela el paladar a su sabor, sino también a la ciencia que le han echado personas como Jaime Conde desde su departamento de investigación y calidad. La batalla de la competencia no se libraba primero en las barras de los bares, sino en estrecha relación con biólogos y genetistas de la Universidad de Sevilla y de otras españolas. Hasta el punto de ser pionero en la creación de la cerveza sin alcohol, que llegó a producir hasta el 15% de los beneficios del Grupo Cruzcampo.

Ciencia y de la buena al servicio de la industria alimentaria y de la espumosa fresquita en el tiempo libre de domingos soleados como el de ayer. El éxito de una empresa no llega por ciencia infusa, sino por profesionales de primer nivel a la sombra del Gambrinus. Una investigación de Jaime Conde sobre las levaduras tuvo repercusión a nivel mundial en 1992 al publicarse en Nature: la secuenciación del cromosoma III de Saccharomyces cerevisiae. Cuando vamos a tomar unas cañas no le pedimos al camarero una cerevisiae porque nos puede responder en arameo. Pero el líquido elemento que nos llega en bandeja trae la ciencia bien puesta. La de Jaime Conde Zurita.