MUCHAS cesiones, mucho cambio de estampitas y poco dinero circulando es lo que ha dado de sí el cierre del mercado de futbolistas, que hay que ver lo mal que suena eso de mercado, que sólo falta calificarlo que es de carne humana. Y en el vértigo de ese último día de mercadeo, el Villarreal del indignado Fernando Roig es el que más dinero ha puesto en circulación mediante la compra del canadiense De Guzmán para utilizarlo él y la del zaragocista Uche... para prestárselo al Granada en una operación que, en un principio, nos pareció bastante extraña hasta que dimos con el meollo de la cosa.

Esto va de mal en peor y cada día surgen más jugadas censurables. Si la aparición de los fondos de inversión que empezó a utilizar el Zaragoza cuando fichó al guardameta Roberto ya olía mal, eso de que el Udinese meta la manita en nuestra Liga ya es fétido. Sobre todo por la presencia de un personaje como Quique Pina, que es representante del club italiano en nuestro país amén de presidente del Granada y manijero del Cádiz. Demasiadas cuerdas pera un solo violín y así se comprende que los amarillos derrotasen a un Primera como el Udinese en su trofeo. Afortunadamente, un Cádiz-Granada habrá de esperar y de momento no hay alarma a la vista.

Y viene todo esto a cuento porque el citado Uche va a jugar en el Granada como parte del pago que el Villarreal ha de hacerle al Udinese por el colombiano Zapata, ¿me sigue usted? Un galimatías impensable hace nada, pero que ha sido una muestra de la cantidad de carambolas que registró el último día de plazo para fichar. Como el dinero sólo lo tienen los que fichan a vulgaridades como Coentrao por treinta kilos, el resto ha de utilizar la imaginación con bastantes dosis de picaresca y cuarto y mitad de cambalaches. Lo del que quería diez mil duros por su perro y lo cambió por dos gatos valorados en cinco mil cada uno nos vale. Mucho cambio y pocas nueces.