Suele comentar una persona que conozco que, para alguien con unos recursos medios -como la mayoría de nosotros-, es un gran "chollo" tener amigos ricos pues, gracias a ellos, puede disfrutar de placenteros instantes y, luego, volver a poner los pies en ese lugar del cual nunca debiéramos despegarlos: la tierra. Al fin y al cabo, las raíces mandan y, querer ir contra las leyes de la naturaleza, al único punto al que conduce es a estrellarnos sin remedio.

Sin embargo, está bien conocer otros mundos, abrir fronteras -si se tiene la oportunidad-, y acceder, por ejemplo, a universos de economías poderosas como Sotogrande. Un rinconcito de la provincia de Cádiz donde veranean famosos del nivel de Ana Rosa Quintana, Sarah Ferguson o Inés Sastre y por el que, el viernes por la noche, pude ver -por supuesto, vía invitación de esa gente a la que me refería al principio- a Rafa Medina Abascal, con su prometida, Laura Vecino, y la que, en su tiempo, se dijo era novia del príncipe Felipe, María León.

Todos ellos acudieron a la discoteca del "Santamaría Polo Club" donde, además, se encontraba Eugenia Silva, invitada de honor en un acto al que asistía como madrina de la firma "Pasión Habanos". Allí, la modelo comentó cómo había perdido su maleta viniendo de París y de qué forma inmediata, en Puerto Banús, pudo contactar con varias marcas de prestigio, para que le solucionaran la "papeleta" de comparecer tan divina como nos tiene acostumbrados.

Así, durante unas breves horas, la modelo repartió sonrisas entre el personal y, pronto, "recogió velas" para marcharse a esa isla de Formentera donde está empadronada y en la que suele pasar todo el tiempo que puede. Por cierto que, de su supuesta "relación" con Pau Donés, nada de nada. Las fotos que se han publicado, igual que sucede con otras muchas, se han recortado evitando mostrar el grupo completo que les acompañaba. !Qué poco glamour!