PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

¿Quién fabrica nuevas fábricas?

TODOS los partidos con representación en el pleno de la Diputación votaron ayer a favor de una declaración de apoyo a la plantilla de Cerámicas Bellavista, la fábrica que la empresa Roca quiere cerrar en Dos Hermanas. Me temo que es un consuelo testimonial y pírrico para los 191 trabajadores que están concernidos por el expediente de regulación de empleo. Es lógico que, ante una situación tan traumática, busquen cualquier amparo institucional, y nadie se lo va a negar en el organismo provincial. Mientras la multinacional del baño lleva a cabo sus planes de darle carpetazo a la factoría, la plantilla aprende la amarga lección de la política: las promesas y cifras de creación de empleo sí son cosa de los políticos, que se arrogan su autoría. Sin embargo, el paro es obra de los empresarios. Es la doble moral del he aprobado versus me han suspendido.

La pregunta del millón ya no es si empresas como Roca aprovechan el socavón de la economía para quitarse del cartel, deslocalizar su producción a China, Marruecos y Portugal, y seguir vendiendo sanitarios con la marca Bellavista aunque no hayan visto la provincia de Sevilla ni en pintura. A ver quién se lo impide si hasta los espárragos de Navarra son de Perú. La cuestión del presente es quién va a crear en Sevilla fábricas de más de 100 empleados cuya base no sea agroalimentaria.

Los factores diferenciales de la sociedad sevillana para poner en pie industrias son muy reducidos porque han cambiado completamente las coordenadas que favorecían implantarlas. Cada vez hay más países con sectores de población que pueden garantizar unos niveles de productividad y profesionalidad cercanos o mejores que los nuestros y a coste mucho más barato, conectados además a redes informáticas, de telecomunicaciones y de transporte global que antes no existían. Si Renault se planteara ahora crear una factoría tan potente como la que existe en San Jerónimo desde hace 40 años, no elegiría Sevilla como extensión sureña de Francia. Cuando ha tenido que abordar ese reto con el cambio de paradigma, su decisión de futuro se ha ido aún más al sur. A Tánger.

Los políticos sí tienen una herramienta poderosa para favorecer la creación de empleo y de fábricas: convertir el sistema educativo en una máquina de talentos y emprendedores a 15 años vista. Esos son los años que hemos perdido para hacer de nuestros colegios y barrios la California de España. Una vez más, lo nuestro es cavilar en busca del tiempo perdido para hallar respuestas al presente depauperado.

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