PASA LA VIDA

Juan Luis Pavón

La familia y un ex más

SALTÓ la liebre en Bollullos. Un mamífero de rápido crecimiento que halló terreno abonado en el Aljarafe y aprendió a manejar el lápiz y la calculadora para vivir de las recalificacio, aplicando el proverbio más emblemático del capitalismo de papel: especulemos, que algo queda. Así ha sido nuestra contestación hispánica a la competitividad internacional del I+D. Que inventen ellos, aquí lo tenemos fácil para hacer negocio rápido y sustancioso con el territorio de todos, convertir el deseo en legalidad y sentar cátedra en el máster de los intermediarios. Hasta que el tinglado se viene abajo por el hundimiento del mercado financiero, porque una institución reguladora no trague con el pasteleo o porque un ex cuñado se va de la lengua. La familia unida permanece callada.

En el caso que conocieron ayer a través de nuestras páginas, con la reclamación en un juzgado de Sevilla de la comisión que el ex cuñado del alcalde de Bollullos exige por su mediación en una compraventa de suelo ligada a las expectativas del nuevo PGOU y al pacto de Antonino Gallego con Del Nido para construir la Ciudad Deportiva del Sevilla y nada menos que 6.626 viviendas de alto nivel (todo ello frenado en seco por la Junta de Andalucía) lo realmente novedoso es que la morosidad se tramite por vía judicial. En el fondo, todo es legal y normal en nuestro pequeño mundo, porque comprador y vendedor firman un contrato privado con un intermediario y estipulan el pago de cantidades. Es en el territorio de lo moral donde se sustancia la controversia, que será contestada con el aquí no pasa nada porque todo lo que ha pasado tenía que pasar así y no de otra manera. Y la moral en estos asuntos no tiene más patria que decir lo que más convenga en cada momento.

Como ustedes saben, siempre es casual que en la transacción económica más importante en un municipio esté por medio el cuñado del alcalde.

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