La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El fin del mito catalán

Que millones de ciudadanos voten a Junqueras y Rovira o Puigdemont y Jordi Sànchez marca el fin del mito catalán

Las encuestas indican el fin de uno de tantos mitos españoles: la superioridad en europeísmo, emprendimiento, modernidad, sentido común e inteligencia práctica de los catalanes. Es cierto que toda generalización -andaluces graciosos, catalanes industriosos, vascos y navarros nobles y recios, aragoneses brutos y leales- es falsa. Pero también, es necesario reconocerlo, lo es que ninguna mentira dura tanto tiempo. No se trata sólo de viejos chistes regionales o antiguos sainetes. La película más taquillera de la historia del cine español es Ocho apellidos vascos y la tercera, Ocho apellidos catalanes. Cuando el río suena…

El mito catalán se sustentaba en las realidades de la industrialización, la sólida burguesía del Liceo y el Palau que encargaba obras modernistas a Domenech i Montaner, Puig i Cadafalch o Gaudí, los ensanches parisinos de Cerdá, Els Quatre Gats, Casals, las editoriales, la nova cançó, el boom latinoamericano, los novísimos o la divina izquierda. Todo era realidad. Pero, primer error, estaba referida a Barcelona ignorando la Cataluña profunda. Y, segundo error, en lo que se refiere a Barcelona son cosas del pasado. La actual -paradojas de la vida- es más provinciana y cateta que la de los años 50, 60 ó 70 que vivía bajo el franquismo. Al parecer Franco no sólo le sentó bien a la burguesía catalana, a la que rescató de los anarquistas y los comunistas como cuenta Esther Tusquets en sus memorias Habíamos ganado la guerra, sino a la intelectualidad antifranquista cuyo decaimiento tras la democracia fulminó Vázquez Montalbán con su célebre "contra Franco vivíamos mejor". De aquella Barcelona que admirábamos -y con ella de aquella Cataluña de la que se convirtió exageradamente en símbolo- queda tan poco, aun siendo tan reciente, como de la Córdoba califal o la Sevilla Nueva Roma y puerto de Indias.

Lo confirmará dentro de cuatro días el resultado de las elecciones. Pero de momento lo demuestra que Colau sea alcaldesa de Barcelona, lo vivido en octubre y noviembre y lo que apuntan las encuestas. Según el promedio de las últimas publicadas ganaría ERC seguida de Ciudadanos y Junts per Catalunya. Ciudadanos es la esperanza de la Cataluña que un día admiramos. Pero que millones de ciudadanos voten al pelotón chiflado encabezado por Junqueras y Rovira o por Puigdemont y Jordi Sànchez marcaría el fin del mito catalán.

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