la tribuna económica

Rogelio / Velasco /

Cinco fuentes de desigualdad con la crisis

EN todos los países del mundo occidental y con especial intensidad en los emergentes, se observa, desde hace al menos una década, una tendencia a la concentración de la renta a favor de los estratos que poseen una renta más elevada. Existen, al menos, dos motivos que explican esa tendencia. En primer lugar, la mayoría de los procesos productivos, han incorporado tecnología con una gran intensidad. Esta mayor intensidad tecnológica requiere también mayores niveles de formación y mayores remuneraciones respecto del resto de la población, concentrando las rentas. En segundo lugar, la intensa globalización de las economías, está también requiriendo mayores niveles de formación técnica, de experiencia en los mercados internacionales, de conocimiento de lenguas, etc que están también asociadas a salarios elevados, distanciándose de las rentas medias y bajas.

La crisis económica que padecemos los países occidentales, está añadiendo -y lo va a seguir haciendo con una gran intensidad- tres factores adicionales que ya están generando desigualdad en la distribución. Algunas son específicas del caso español. En primer lugar, las grandes empresas que se han diversificado extraordinariamente por todo el mundo -las del Ibex facturan más del 60% fuera de España- y, en general, las empresas orientadas a la exportación, está sufriendo la crisis en mucha menor medida que las que venden sólo en el mercado español. Pueden, en consecuencia, seguir manteniendo las remuneraciones de sus empleados y, en particular, la parte variable asociada a los resultados. Frente a esta situación, nos encontramos con el resto del sector privado y el sector público que reducen o congelan los salarios.

Las tendencias y fenómenos señalados, afectan a la distribución personal de la renta. Otras tendencias afectarán también a la distribución entre generaciones y entre territorios. El alza generalizada de pensiones que hemos observado en nuestro país -y en muchos otros países occidentales- durante los últimos 30 años, se va a detener. En España se va a producir para todo tipo de pensiones públicas, tanto contributivas como no contributivas. La crisis está causando estragos en el mercado de trabajo y, por tanto, en el número de cotizantes. Adicionalmente, serán muchos más pensionistas en los próximos años, cuando empiecen a jubilarse la generación del baby boom de los años 50 y 60.

A las mayores desigualdades entre personas y generaciones, se va a añadir entre territorios. Por un lado, porque la globalización está intensificando el papel de grandes ciudades en todos los países. En España, Madrid va a continuar creciendo y ensombreciendo al resto de ciudades españolas en el panorama internacional. Adicionalmente, el proceso de descentralización ha dejado a la Administración Central sin apenas recursos para ejercer un poder compensatorio. A esto hay que añadir que la presión desde Cataluña para modificar profundamente la financiación autonómica -que apoyan todos los partidos- dará, tarde o temprano, resultados. La distribución territorial de la renta en España se modificará sustancialmente. Estos procesos dibujan un panorama muy negativo sobre Andalucía.

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