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La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

¿Y si gana Pedro Sánchez?

Con una votación tan reñida, el PSOE puede acabar siendo irrelevante: por división si pierde Susana o escisión si pierde Pedro

Lo más lógico es que esta noche el Madrid gane la Liga y la pierda el Barça. Lo más lógico es que Susana gane las primarias socialistas y las pierda Pedro. Pero en el fútbol no siempre impera la lógica, y en política no digamos... Nadie se atreve a hacer pronósticos sobre el liderazgo del PSOE, muchos se atreven a augurar el futuro incierto y problemático de un partido casi partido por la mitad.

El balance de la recogida de avales ha sido lo que ha trastocado los análisis previos y los apriorismos más o menos fundados. Susana planteó la pesca de avalistas como una exhibición de músculo militante y un mecanismo para apabullar y desanimar al pedrismo. Insólitamente, Pedro aceptó el envite y sólo 6.000 avales le separaron de la presidenta de la Junta, con una participación elevadísima que, seguro, anticipa la votación de hoy.

Tiendo a pensar que habrá menos avalistas de Sánchez convertibles en votantes de Susana que avalistas de Susana que este domingo, ya en secreto, voten a Sánchez. Por una razón: el ex secretario general socialista apenas dispone de poder territorial ni orgánico, de modo que su capacidad de influenciar en o presionar a cada militante individual es inferior a la de su oponente andaluza. Precisamente esta brecha entre aparato y bases se ha evidenciado en las primarias, complicando las ya constatadas escisiones geográficas e ideológicas. Pero, a la vez, si funciona el factor voto útil, es más probable la fuga de partidarios de Patxi López en dirección a Susana que hacia Pedro. Vaya una cosa por la otra.

Con todo, lo peor empieza el día después. Básicamente, por lo reñido de estas elecciones. Sólo si uno de los dos contendientes se impusiera con rotundidad en las urnas el PSOE podría recomponerse a medio plazo. La integración sería posible porque el ganador estaría en condiciones de ser generoso y el perdedor no lo estaría de conservar a sus huestes intactas para futuras batallas. Si, por el contrario, la votación es ganada/perdida por los pelos y el partido queda escindido en dos bloques que ya se han demostrado irreconciliables, el socialismo español entrará en una fase de crisis existencial.

En esta hipótesis de partido partido por la mitad, la convivencia puede hacerse imposible. Si es Susana la perdedora, eso no conlleva riesgo de escisión, aunque sí de irrelevancia por división y fratricidio. Si quien pierde es Pedro, el peligro más acechante es el nacimiento de otro partido. Un PSOE auténtico cuyo destino será minar al otro.

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