AL fin se ha iniciado la transparencia presupuestaria del jefe del Estado. Comparen lo barata y rentable que es la actividad residenciada en La Zarzuela con, por ejemplo, la desastrosa gestión de Montilla al frente de la Generalitat catalana y de Camps en la valenciana. Dos comunidades cuyos gastos de grandeur han sido muy superiores a los del Rey y su familia.

Todavía queda por destapar un tabú mucho más mundano y oneroso. El Banco de España tiene que publicar los sueldos que se autoconceden en la cúpula de bancos y cajas. La alcurnia financiera que ha dejado al país sin crédito, en la que muchos ganan más que el Rey aunque manden poco, y a la que bastantes accedieron por ser gregarios o amigos de sus jefes políticos en autonomías, ayuntamientos y comités de partido.

Si el jefe del Estado se ha fijado un sueldo anual de 292.000 euros, de los que 140.000 son para salario y 152.000 para gastos de representación, aquilaten su valor con el sueldo que se fijó con Monteseirín el virrey de las empresas municipales de Sevilla, Manuel Marchena. Cobraba 168.000 euros. Su sucesor en la era Zoido, Jesús Maza, tiene un sueldo de 134.714 euros.

El Betis es tan Real que casi todos los futbolistas fichados esta temporada, y no pasan de la suplencia, tienen un sueldo que ronda los 400.000 euros. En el Sevilla hay varios fichajes que son carne de banquillo y cuyo sueldo está en el millón de euros. Tantos ceros para que, al final, los clubes no paguen a Hacienda ni al Ayuntamiento...

Hay muchos urdangarines sueltos. También más que el Rey gana Jorge Javier Vázquez, Hacienda le reclama 800.000 euros. Y la Fiscalía acusa a Emilio Cuatrecasas, presidente del bufete cuyo apellido es marca de prestigio, de evadir el pago de 3,5 millones en impuestos.

Pidámosle a Rajoy que no recorte en la Agencia Tributaria. Al contrario, que invierta en ella, porque a cambio recaudará mucho más si examinan los tejemanejes de todos los que ganan más que el Rey.