DE la mujer objeto a la mujer género. La proliferación de estructuras, mandatos y pretextos para otorgarle a cualquier asunto la perspectiva de género conduce a excesos que cansan a mujeres que destacan como personas y profesionales. Ya conozco a varias de valía en Sevilla que no quieren participar, ser incluidas o verse reflejadas en el escaparate de jornadas o suplementos que se centran solamente en mujeres hablando de cómo les va a las mujeres. Comienzan a reivindicar que son personas, ni más ni menos.

Así le ha ocurrido en Sevilla a la presidenta de la Academia del Cine, la directora y guionista Ángeles González-Sinde. Ha comentado públicamente su desagrado por ser invitada a participar en un coloquio que ella pensaba destinado a poder explicar su labor como profesional del cine, y, cuando llegó al acto, se enteró de que era una jornada a la que llamaban Mujeres y Cine. "Eso me horrorizó. El problema es que el propio boletín de la institución que presido recogió un resumen de ese encuentro que no hablaba sino de nuestra condición de mujeres, cuestión de la que prácticamente no se habló en las dos horas de mesa redonda".

Si es por enunciados de actos, ancha es Castilla para hacer de su capa un sayo con perspectiva de género. Reproduzco algunos de los que han circulado este año por Sevilla en la agenda universitaria, social y empresarial: "Jornada sobre innovación y género". "Perspectiva de género y gestión de la calidad". "Guía sobre comunicación socioambiental con perspectiva de género". "Trastornos de la conducta alimentaria: una perspectiva de género". "El fomento de la lactancia materna desde una perspectiva de género". Si me dan a elegir, el mejor es: "El parto fisiológico. Revisión y análisis desde una perspectiva científica, holística y con perspectiva de género".

Señoras y señores. Un poquito de cordura, por favor.