SARNA con gusto dicen que no pica, pero nadie podrá negarme que hogaño existe una sobredosis de información semanasantera. Ayer comenzaba la Cuaresma, antier se presentaba un libro sobre la cosa y hoy verá la luz otro en el sitio habitual y gracias a ese gran capillita que es Julio Cuesta, con lo que hay que convenir en que estamos en tiempos de vacas gordas para todos los que comulgamos con el capirote y la mecida de costero a costero. Entrambos acontecimientos, que sólo conforman la punta de un iceberg de incalculables dimensiones, en el hall de esta casa donde a diario se emprende la aventura de poner un periódico en la calle se expone una muestra de fotos magníficas obra de ese fotógrafo que nuestras cofradías tienen de guardia y que es Jesús Martín Cartaya. Como puede comprobarse, la información audiovisual de nuestra fiesta es una especie de superlativo oasis en el desierto laico que vivimos.