Cualquier día ocurre un terremoto que acabará con la espiral de tonterías que salen de ese paritorio de memeces creado para mayor gloria y beneficio de la legión de paniaguados que viven de nuestros impuestos. No sé cuánto tardará en llegar lo que le ponga coto a la catarata de estupideces que nos acosa. La última es una campaña de la Junta que, bajo la excusa de defender la integridad siempre en peligro de la mujer, califica a los hombres como animales y si el buitre es un acosador o el cerdo un asqueroso que se roza taimadamente con la hembra, el búho se caracteriza por fijarse demasiado en ellas. Y se ha creado una campaña que parece bien costeada para propalar esa cruzada, otra cruzada más en la que el hombre sale con el cartel por los suelos y con el insulto habitual de ese feminismo que hace de la ofensa generalizada y a discreción su arma más utilizada.