La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Qué horror la amenaza hostelera

Hartos de estar hartos, así es como manifiestan estar los hosteleros. Se ven en la diana por cuantos problemas de seguridad padece la ciudad y amagan con echar las persianas así que acaben las sobremesas en los días señalaítos. No sé hasta qué punto llevan razón y qué de cierto puede haber en una amenaza sobre lo que sería un obús en la línea de flotación de la ciudad. Sólo hay que recordar aquella huelga de 1978, con todos los bares y restaurantes cerrados a cal y canto. Era un Domingo de Ramos caluroso a más no poder en que Sevilla se convirtió en un desierto en el que se echaba en falta el salacot y el camello para ir del Puente a la Alameda a fin de buscar la Amargura tras haber visto a la Estrella. Imágenes de gente sedienta sin un solo abrevadero donde calmar tan perentoria necesidad. Ojalá se quede en el amago, pues el golpe sería de lesa sevillanía.

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