La esquina

josé / aguilar

Un indulto para Perico

NO me cansaré de repetirlo: para combatir la corrupción política en España no hacen falta más leyes, ni tribunales especiales ni pactos solemnes. Bastaría con la voluntad sincera de los políticos y con la determinación de los dirigentes de los partidos de apartar de sus filas a los corruptos, sin hacer distingos entre los propios y los ajenos.

Miren el caso del ex alcalde de Torrevieja (Alicante), Pedro A. Hernández Mateo -Perico para sus amigos-, antiguo mancebo de farmacia, condenado a tres años de cárcel y siete de inhabilitación por prevaricación y falsedad en documento público. En su larga trayectoria de veinte años de alcalde acumula, además de esta condena por la contrata irregular de las basuras locales, otra causa por negarse a convocar diez plenos ordinarios del ayuntamiento y una más por presionar, presuntamente, a otro alcalde de su mismo partido (PP) para que recalificara una finca rústica de su propiedad, operación en la que se embolsó 5,2 millones de euros de plusvalía.

Lo normal es que el Partido Popular valenciano, una vez conocida la sentencia firme contra Perico y destruida la presunción de inocencia por un juicio con todas las garantías jurídicas propias de la democracia, volviese la espalda al alcalde como si se tratara de un apestado (y lo es: apesta a corrupción) y lo dejara a los pies de los caballos de la postergación social y la exclusión política. Por pura higiene.

Eso, como digo, sería lo normal. Lo anormal es lo que ha pasado: nada más conocerse la condena se ha pasado a la firma un escrito solicitando el indulto para el ex edil de Torrevieja. Bueno, pues lo han firmado 45 de los 54 diputados que tiene el PP en las Cortes autonómicas, entre ellos el presidente de la cámara y el de la Diputación de Valencia. No se extrañen, porque en el grupo popular se sientan hasta ocho imputados en diversos delitos, que seguramente han firmado la solicitud de indulto pensando en el momento en que necesiten que les firmen las suyas. En fin, que en vez de renegar del corrupto la crema del PP valenciano -aunque no el presidente Fabra- se está moviendo para que no vaya a la cárcel. Así no hay manera de creer a un partido que se pretende, como todos, adalid de la lucha contra la corrupción.

Por cierto que Perico, que llegó a la alcaldía gracias a una tránsfuga socialista, revalidó el cargo cinco veces más, y siempre por mayoría absoluta. Tampoco es que en Torrevieja se peleen mucho con su corrupto.

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