La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La izquierda sectaria

De vergüenza: el escrache a un político de derechas es libertad de expresión y a uno de izquierdas es fascismo

Alguien dijo que el problema de España era que tenía una derecha cerril y una izquierda sectaria. Pasado el tiempo hemos logrado tener una derecha no cerril pero seguimos padeciendo una izquierda sectaria. No toda, afortunadamente, pero sí una gran parte de ella, con Podemos y sus sucursales al frente y el sector del PSOE más erotizado o atemorizado por su irrupción.

Vean el caso del escrache a Mónica Oltra. Que unos antisistema de izquierdas se lo hicieran a políticos de derechas en las calles o las puertas de sus casas fue defendido como libertad de expresión y de crítica por los mismos que ahora condenan que unos antisistema fachas se lo hagan a Oltra. El caso más espectacular, por tratarse de un magistrado y portavoz de Jueces para Democracia, es el de Joaquim Bosch. En 2013, cuando los escraches de los antisistema de extrema izquierda acosaban a Barberá, Cifuentes o Sáenz de Santamaría, este docto señor afirmó que era "una forma de protesta amparada en la libertad de expresión y el derecho de crítica". En 2017, cuando los antisistema de extrema derecha le hacen un escrache a la señora Oltra, el mismo magistrado afirma que "no es libertad de expresión de ideas irrumpir con máscaras intimidatorias ante un domicilio con menores".

Además de que sorprende que un señor con tantos títulos, oposiciones y reconocimientos ignore que irrumpir es entrar violentamente en un lugar, por lo que no se puede "irrumpir ante un domicilio", escandaliza que un magistrado varíe de criterio según la ideología de quienes perpetran y sufren el escrache. Si los acosadores son de extrema izquierda y la acosada es de derechas se trata de libertad de expresión y derecho de crítica; pero si los acosadores son de extrema derecha y la acosada es de la izquierda nacionalista se trata de un ataque fascista.

No debe pasarse por alto que si el señor Bosch se indigna porque en la casa de Mónica Oltra había menores, cuando se hizo el escrache ante la de Sáenz de Santamaría estaba su hijo de 16 meses. Tampoco, porque la cosa da asco, que cuando se denunció el escrache a Sáenz de Santamaría la Audiencia de Madrid dictaminó que era "un mecanismo ordinario de participación democrática de la sociedad civil y expresión del pluralismo de los ciudadanos" sin que deje de serlo por la "particularidad de haberse producido frente al domicilio de la vicepresidenta del Gobierno". Si esto no es sectarismo…

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