QUE ha dicho Rajoy que fuera de la ley nada es posible, pero en este país aún llamado España, la ley se burla un día sí y al otro también. Ha sentenciado el presidente con autoridad y grandilocuencia a fin de que se entere Mas de lo que vale un peine, pero también al sur del Ebro habrá que advertir sobre las consecuencias que debiera tener infringir la norma. Y es que se empieza por la mano y se termina por el hombro. Por ejemplo, la desfachatez con que en la Velá luce la tricolor cuando la reglamentaria sólo cuenta con dos colores. Y la bandera de marras no crea usted que es de bolsillo, qué va. Ocupa todo el testero de la caseta de esos que quieren quitar las campanas de San Gonzalo y que llaman muñecos a imágenes muy queridas por muchos. Y ahí, en la más absoluta impunidad, luce una bandera a la que no contempla la Constitución; o sea, la legalidad.
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