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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La mano tendida a Iglesias

La mano tendida por Ábalos a Iglesias y el artículo de Sánchez son malos presagios para los más vulnerables

La herencia negativa de la crisis que tardaremos más en superar es Podemos. Nació de ella, nutriéndose del cabreo y los padecimientos de los ciudadanos, y necesita desesperadamente de estos dos factores para vivir. Cuanto peor para todos, mejor para ellos. Dada la evidente aunque aún incompleta recuperación económica solo le queda como abono la corrupción que lastra al PP y la mentira o la exageración que alienten la indignación que le permitió alcanzar cinco millones de votos. La crisis del PSOE, su rival natural, le ha sido de gran ayuda.

Si en las próximas generales Sánchez logra recuperar los dos millones de votos perdidos entre 2011 y 2016 (porque dudo que logre recuperar los seis millones perdidos si nos remontamos a 2008), Podemos quedaría relegado a un papel tan marginal como el que tradicionalmente tuvieron el PCE e IU. Si obtiene un resultado insuficiente es casi seguro que estos dos rivales naturales acaben apoyándose mutuamente (Ábalos lo anunció anteayer con increíble torpeza al darle aire a un Iglesias apabullantemente derrotado y Sánchez lo confirmó ayer en El Mundo). Y si prolonga su historia de fracasos electorales Podemos, que siempre ha soñado con el sorpasso, se encontraría en el escenario más favorable para liderar la izquierda. Lo primero es posible, lo segundo es probable y lo tercero, afortunadamente, improbable.

El contendiente del PP como partido de gobierno es el PSOE pero su rival es Ciudadanos porque pesca en su mismo caladero. Aunque esta misma razón, como en el caso del PSOE y Podemos, lo podría convertir en su aliado frente ese "espacio de encuentro con las fuerzas del cambio" por el que apuesta el "nuevo" PSOE de Sánchez que saldrá este fin de semana del 39º Congreso Federal. Dicho lo cual hay que añadir que con la misma naturalidad C's podría apoyar al PSOE como demuestran los dúctiles precedentes de la Comunidad de Madrid y Andalucía. A esto, según la simpatía que se sienta hacia el partido de Rivera, unos le llamarán sentido de Estado que apuesta por la gobernabilidad y la estabilidad, y otros, recurriendo a símiles zoológicos, lo llamarán política de rémoras y de espulgabueyes.

La mano tendida por Ábalos a Iglesias y el artículo de Sánchez traen malos presagios, no para lo más ricos, sino para los más vulnerables que siempre acaban pagando el desprecio de los populistas hacia la realidad y los ciudadanos.

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