LA primavera no podía haber empezado más pasada por agua pero, sea como sea, también las lluvias hacen falta y, tanto en Semana Santa como durante la Feria de Abril, raro es el año que, en ambas, no toque alguna jornada de chaparrón. Y así, como ustedes comprenderán, no hay quien luzca ni mantilla, en el caso del Jueves Santo, ni peinas, si hablamos en clave flamenca.

Ésta es la tierra de María Santísima, señores. Aún no ha salido en procesión el Resucitado, y ya estamos pensando en unos complementos para trajes de gitana que, según me cuenta Ana Reverte, su hermana, Naty Demanuel, ha diseñado junto a su socia Silvia Franceschinis para, a partir del jueves de la próxima semana, venderlos en una tienda que abren en la sevillana calle Amador de los Ríos. Hasta ahí acudirá Ana, como madrina del establecimiento que es, desde su pueblecito de Los Corrales donde vive y en el que posee un maravilloso complejo rural envidia de todos los amantes de lo campestre. La cantante, que cumple treinta años y treinta discos como artista, pasa por un buen momento profesional desde que decidiera tomar las riendas de su carrera y, es más, cara a los próximos meses tengo entendido que no le van a faltar quehaceres. Sin embargo, personalmente, la echo de menos por los escenarios andaluces. "¿Será una espinita clavada?", me pregunto y le pregunto también. "Creo, sin resentimiento, que si llevo el tiempo que llevo en activo, será por algo. Lo único que pasa es que prefiero cultivar un amigo a tener que venderme si de eso depende un contrato".

¡Bravo! Aplaudo esa valentía reconociendo que, si bien se trata del camino más complicado, los logros atesorados de esta forma permiten dormir con la tranquilidad de saber que se trata de méritos exclusivamente tuyos. Desde la victoria en la OTI hasta, sobre todo, la belleza de la que ha sabido revestir el género de las colombianas, esta mujer ha defendido siempre, profesional y personalmente, aquello en lo que cree. "Soy lo que soy y voy a mantenerme igual". Como Edith Piaf. Rien de rien…