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DERBI Joaquín lo apuesta todo al verde en el derbi

Paso cambiado

Javier Chaparro / Jchaparro@ Grupojoly.com

La mediación de Arenas

NO es Alberto RuizGallardón el único dirigente del PP que considera que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha activado en el partido una bomba de relojería al dejar abierta la posibilidad de disputar la presidencia de los populares a Mariano Rajoy en el congreso del mes de junio. En el PP de Andalucía hay quienes comparten esta opinión y quienes recuerdan estos días con amargura la agria experiencia de Alianza Popular en 1987, cuando Antonio Hernández Mancha se impuso por escasa diferencia a Miguel Herrero de Miñón. Ese proceso dividió aún más al partido y se cobró una factura que los populares tardaron varios años en pagar.

Quienes llevan las riendas del PP de Andalucía observan con preocupación el vuelo de navajas entre el alcalde de Madrid y la presidenta de la comunidad -con un Rajoy aparentemente impertérrito- ante el temor a que estos líos de trastienda permanezcan mucho tiempo más en el escaparate, sobre todo porque el año que viene tendrá lugar la reválida de las elecciones europeas, seguidas de las vascas y catalanas.

Javier Arenas, que aparentemente se jugará su última carta en la política andaluza dentro de cuatro años en su cuarta tentativa para alcanzar la Presidencia de la Junta, ha hecho una decidida apuesta por Mariano Rajoy. Andalucía aportará al congreso del Partido Popular el 20% de los delegados, casi 500, y la visita de dos días a Andalucía del presidente nacional del PP pretende amarrar esos votos frente a una Aguirre que se ha quejado, precisamente, de la distribución territorial de los delegados y del escaso peso con que cuenta Madrid.

Ya el viernes pasado, Arenas se había paseado por la Feria de Abril de la mano del presidente valenciano, Francisco Camps, quien casi desde el primer momento se apresuró junto a Gallardón a apuntalar a Rajoy como líder del PP frente a quienes reclamaban desde diversas tribunas un cambio de caras.

No obstante, Javier Arenas -ex vicepresidente del Gobierno, ex secretario general del PP y gran conocedor de las entrañas del partido- ha mantenido hasta ahora la actitud más comedida de entre sus compañeros recomendando a Rajoy que procure la "integración" de aguirristas y gallardones en la futura dirección. Difícil papeleta, pero no es descartable que el presidente de los populares andaluces esté preparando el camino para, sin abandonar Andalucía, retornar a Madrid en un papel de mediador y asumir mayor protagonismo en la dirección nacional del partido. Eso y/o colocar en puestos clave de la futura ejecutiva del PP a varios de sus colaboradores más cercanos, haciendo valer el peso territorial andaluz.

Paradójicamente, algunos dirigentes del PSOE admiten en privado que no es este el momento más oportuno para que el PP entre en una crisis sin solución de continuidad. Los acuerdos planteados por Zapatero al PP en materia de terrorismo, justicia o financiación autonómica -o los formulados por Chaves a Arenas sobre Canal Sur y el desarrollo del Estatuto- requieren que la nave del PP navegue con rumbo fijo y sin temor a motines a bordo.

La cuestión es saber hasta qué punto le interesa al PP-A que Rajoy consolide un liderazgo con síntomas de desgaste y vuelva a ser el candidato del partido a la Presidencia del Gobierno en las próximas elecciones. En los comicios conjuntos del 9-M, Javier Arenas ya sacó un buen puñado de votos más que el jefe de filas del PP, de la misma forma que Chaves, pese a repetir mayoría absoluta, logró menos apoyos que Zapatero.

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