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Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Todo el mundo nos mira

TODO el mundo nos mira. Esto puede ser motivo de orgullo, si se trata de la selección de fútbol, o de vergüenza si se fijan en los bancos que en 2007 ganaban la Champions de la economía mundial, en la ingenua imaginación del presidente Zapatero. De momento ni Obama, ni Merkel, ni Cameron, ni Hollande hablan de los chicos de Del Bosque, sino de los bancos. Malo. Se dice que el Gobierno pedirá hoy el rescate a las entidades españolas en apuros. Pero en La Moncloa tiran balones fuera. Entretanto, a la habitual velocidad de la tortuga, se va fraguando un acuerdo en el interior de la Unión Europea.

El jueves, en rueda de prensa en Berlín con su colega británico Cameron, la canciller Merkel volvió a explicar que la gestión de la moneda única requiere una política presupuestaria y un Tesoro comunes como complemento al Banco Central. Esto supone una nueva cesión de soberanía para embridar el euro, con mecanismos de armonización, control, gestión y evaluación comunes. O sea, bajo la atenta mirada de quien manda, porque no se fían de nosotros. Si se pone en marcha una nueva institución europea con los poderes presupuestarios y bancarios necesarios para una sana gestión del euro, Merkel estará de acuerdo en ayudar a la recapitalización de los bancos españoles e incluso en mutualizar una parte de la deuda soberana. Estaríamos salvados de momento. Ayer el diario Le Monde en un editorial animaba a Hollande de responder con un sí a este pequeño paso federal de Alemania.

Entretanto, mientras nos miran desde fuera, aquí dentro aprendemos vocabulario. Intervención puede significar muchas cosas. Que el Mecanismo Europeo de Estabilidad ayude directamente a los bancos. Es la postura que España defiende y que se abre paso con el apoyo de la Comisión y el actual Gobierno francés. Alemania ha preferido hasta ahora que la ayuda fuese al Gobierno español para que éste recapitalice a la banca. Llevaría consigo nuevas medidas de austeridad.

Otra palabra que estamos aprendiendo a usar es crecimiento. Todo el mundo habla del asunto y nadie sabe cómo hacerlo. Westerwelle, el ministro de Exteriores alemán y anterior líder de los liberales, hizo una descripción hace poco en un artículo en la prensa internacional. Su idea es reducir las subvenciones tradicionales de los presupuestos comunitarios, dar más préstamos y utilizar más la colaboración público privada. Hablaba de utilizar el billón de euros del periodo 2014-2020 para crecimiento, empleo, innovación y competitividad. Hace tiempo que en Alemania muchos dirigentes se declaran partidarios de que las ayudas agrícolas sean nacionales. Este cambio de escenario perjudicaría a Andalucía, gran receptora de fondos tanto agrarios como estructurales.

El mundo gira a tanta velocidad, que la realidad cambia de color. Aunque los que nos miran nos vean igual de mal todos los días.

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