VUÉLVESE a lo de toda la vida, a la separación de hecho. La separación de Derecho que devolvió a esta tierra de garbanzos Pacordóñez sale carísima y no están los tiempos para dejarse en abogados toda la soldada y gran parte de la hacienda. Cuentan y no acaban los divorciados sobre la sangría económica que supone una separación matrimonial y se quitan las ganas de hacer lo que apetece mediante la vía legal. No como Dios manda, que Dios nunca pareció estar de acuerdo con que el hombre desatase lo que él unió en su día, claro que no. Pero la crisis también ha entrado a saco en eso de las separaciones y parece que ha vuelto a ponerse de moda lo de decir "voy por tabaco". Y, como entonces, los estancos suelen estar lejísimos y muchos que van por tabaco hay veces que no vuelven. Así era antes y así está volviendo a ocurrir; y es que ya no hay dinero ni para divorciarse.
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