Con una corrida de prometedores toreros emergentes arranca la Feria y así, todos los días hasta que el domingo 7 de mayo se arrastre el último toro de Miura. Imagino que esta tarde, cuando los matadores lleguen a la Puerta del Príncipe se espesará el ambiente con un minuto de silencio en homenaje a un torero que tuvo su momento de éxito en la Maestranza. La verdad es que Sebastián Palomo Linares no caló mucho en Sevilla, adonde no vino de novillero y vio cómo en la que pudo ser su primera Feria hubo de ser sustituido a causa de una grave cogida. Pero tuvo un éxito muy fuerte cuando, con Limeño y el cordobés El Hencho, salió por el Paseo de Colón el domingo de Feria del 70. Un año antes, Utrera Molina le suspendió una corrida con sol rutilante y el papel vendido por la presentación de los toros. Merecidamente, minuto de silencio para un torero de casta.
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