DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Sevilla en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

¿Quién paga todo esto?

La consecuencia del pulso soberanista será una España con mayores diferencias entre regiones ricas y pobres

Cuando la indignación deje paso a la indiferencia, algo que ya ocurre y que va claramente en aumento, y el ridículo espectáculo del pulso independentista catalán, que durante los últimos meses ha monopolizado la vida española, empiece a quedar atrás, veremos las consecuencias que todo esto tendrá en un futuro no muy lejano para el conjunto de los españoles y, por la parte que nos toca, para los andaluces. La situación empezará a clarificarse tras las elecciones de diciembre. Si las cosas salen cómo parece más probable, Cataluña volverá a la normalidad institucional y la Generalitat que salga de esos comicios, con perfiles más o menos soberanistas, intentará echar tierra sobre todos los disparates cometidos hasta ahora y se pondrá manos a la obra para intentar sacar la mayor tajada posible en términos de poder político y de mejoras financieras. El objetivo no será otro que convertir esa comunidad en una singularidad dentro del Estado de las Autonomías. Por un tiempo, que esperemos que nos sea corto, tendrán presente que saltarse la ley tiene consecuencias y que el esperpento de un presidente vegetando cómodamente en Bruselas, mientras medio gobierno está en la cárcel y la presidenta del Parlamento abjura de lo que haga falta para no entrar, también.

Quedará atrás el timo monumental del que los Puigdemont, Forcadell, Junqueras y demás han sometido al pueblo catalán, engañándolos miserablemente con el señuelo de que una independencia -que ellos eran los primeros en reconocer en privado que era imposible- arreglaría todos su problemas. No les ha importado llevarse por medio buena parte de la economía de su territorio y del prestigio exterior que España había tardado décadas en acumular.

La consecuencia final, buscada también desde el principio, va a ser un nuevo pulso en el que Cataluña va a buscar la ruptura del modelo de igualdad territorial, con las excepciones forales vasca y navarra, consolidado por la Constitución y su sustitución por otro en el que esa comunidad tenga un tratamiento diferenciado. Ello supondrá un país de dos velocidades en el que se van a acentuar, como si ya no lo estuvieran de forma dramática, las diferencias entre las zonas más ricas y las más pobres, entre las más industriales y las más agrarias, entre las más avanzadas socialmente y las que presentan mayores carencias.

Como a los andaluces nos toca estar en la España que pierde -llevamos así desde el siglo XVIII- conviene que nos vayamos enterando. Vamos a una España de ricos más ricos y pobres más pobres y si nos preguntamos, como Josep Pla ante los rascacielos iluminados de Manhattan, que quién paga todo esto, no dude que la respuesta es que los de siempre. Y entre ellos seguro que está usted.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios