La esquina

José Aguilar

El patrimonio de Correa

QUÉ manera de progresar! Durante los años del aznarato hubo mucha gente que prosperó en España. Lícitamente: la situación económica del país llegó a ser boyante, el desempleo se puso bajo mínimos y los efectos del crecimiento desordenado y especulativo todavía se estaban incubando, no habían dado la cara. Los ministros del ramo lo hicieron razonablemente bien.

También hubo gente, las menos, que progresó de un modo digamos irregular. Aprovechando su proximidad al poder. Esto no es nada nuevo. Ocurre siempre, aunque se potencia sobre todo en las épocas de mayoría absoluta (2000-2004, en este caso), cuando los gobernantes se ensoberbecen y desactivan los controles dando vía libre a los logreros y trepadores que se cobran a precio de oro su lealtad más bien sobrevenida. Se arriman al perol y, carné en ristre, logran de las administraciones amigas contratas, concesiones, recalificaciones y otras modalidades del enriquecimiento parapolítico.

Tal parece el caso de Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel, que con la colaboración inestimable de El Bigotes y otros montó un tinglado considerable de empresas orientadas a valerse de su amistad con la cúpula del Partido Popular -y lo que no es la cúpula- para obtener beneficios millonarios a cambio de servicios de escaso valor o simplemente inexistentes, dar pelotazos inmobiliarios a base de sobornos y, en general, hacer negocios traficando con sus influencias.

De todo ello repartió bastante, porque en estas actividades la prudencia más elemental aconseja no dejar descontento a nadie que haya intervenido en su gestación, pero le quedó un buen pico para él. El juez instructor del caso ha preparado unos cuantos embargos contra los bienes acumulados por el jefe de la trama a fin de subastarlos y reintegrarlos a las arcas públicas en caso de que sea condenado. Noventa y nueve embargos, exactamente, lo que da una idea del patrimonio que este hombre ha podido ir reuniendo, tacita a tacita. Por eso digo que qué manera de progresar.

La Policía le entregó al juez previamente un listado de 102 bienes de Correa o de sociedades pantalla que Correa fue creando. Allí figuran 25 fincas y parcelas en Madrid, Baleares y Cádiz, unas treinta casas y apartamentos, dieciocho plazas de aparcamiento, veintidós coches y dos barcos (en este sector se ve que confió poco). Aparte de esa minucias se le han encontrado 33 millones de euros en Suiza y Mónaco, que no sé yo si será factible embargarle también, porque son dos sitios muy protectores del dinero de su clientela. Si es verdad que el afán de propiedades es un síntoma del miedo a la muerte, Francisco Correa debe estar realmente aterrado.

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