las dos orillas

José Joaquín León

El penúltimo Fraga

SE ha valorado a Manuel Fraga como un político que llevó a la derecha al redil de la democracia desde el franquismo. Pensar que Fraga fue sólo eso me parece de una simpleza apabullante. Fraga es uno de los cuatro políticos esenciales de la Transición, junto a Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y Felipe González. Pero ha sido ante todo un personaje de importancia en la historia de España de los últimos 60 años. Sólo Carrillo puede alardear de mayor longevidad política (con la guerra incluida). Quizá por eso Fraga y Carrillo se entendieron para ayudar a una reconciliación sin precedentes, cuyo fruto fue la Constitución, que ambos respaldaron. Pero Fraga fue también mucho más que uno de los padres de la Constitución. Hay al menos nueve Fragas en Fraga.

A finales de octubre de 2010 le hice una entrevista a Manuel Fraga, que se publicó en este diario. No sé si fue la última o la penúltima que concedió para prensa. Entonces aún iba todos los días al Senado, en una silla de ruedas, con su escolta. No se podía sostener de pie por sí mismo y se apoyaba en muletas. No obstante, me contó que cazaba algunos fines de semana. En el Senado, ese lugar con fama de que nadie trabaja allí, era conmovedor ver a Fraga en una mañana fría del otoño madrileño, haciendo un esfuerzo tremendo, a sus casi 90 años, para estar en un despacho donde ya casi nadie le buscaba. En aquella entrevista, Fraga me dijo que él se consideraba "el político más representativo del centro en España". Y al preguntarle yo si no lo era Suárez, él apuntó que, con todo el respeto, el líder de UCD no supo mantener su partido.

El Fraga penúltimo reinvindicaba su origen demócrata cristiano, que le llevó a la política con Ruiz-Giménez en los 50, hasta que se fue con él cuando lo cesaron (muchos olvidan o ignoran a este primer Fraga del intento democratizador en el franquismo). El segundo Fraga es el que reaparece en el régimen anterior y llega a ministro de Información y Turismo, en tiempos de tecnocracia. El tercero es el embajador en Londres que reclama la reforma del franquismo. El cuarto es el del primer Gobierno de la Monarquía y el que funda AP. El quinto es el de AP, que es padre de la Constitución, pero no llega a gobernar. El sexto es el líder de la oposición al PSOE de Felipe. El séptimo es el que refunda el PP, se va a Galicia y se reinventa como líder autonómico durante 15 años. El octavo es el de postrimerías, que vuelve a Madrid como senador y queda reducido a veterano de la política. El noveno es el que pasa sus últimos días retirado, en su casa, a la espera del final.

Le hicieron demasiadas caricaturas. Y a veces se olvidó que fue un político honesto y fiel a sus ideas, no de chichinabo. Los nueve Fragas de Fraga explican mucha historia de la España actual.

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