OTRA vez puede haber final española en el torneo de los torneos, esa Champions por la que suspira todo club que se precie. Después de aquella final de París entre el Madrid de Del Bosque y el Valencia de Cúper, entre elMadrid de Raúl y el Valencia de Cañizares, nuevamente existe la posibilidad de que la gran final tenga color español. El bombo ha dado esa opción como, no se olvide, también permite a los alemanes soñar con una final teutona.

Y se da la circunstancia de que el mejor equipo conocido llega a esta semifinal con el potencial a media asta para competir con el que, posiblemente, sea el que está en mejor momento del Viejo Continente. El Bayern, ese verdugo habitual del Realísimo, ha llegado a este nivel impelido por la autoridad que dimana de su doble victoria sobre la Juventus y se configura como rival muy complicado para un Barça que llega con lo puesto y con la defensa cogida con alfileres.

Han sido demasiadas las adversidades que sufre el cuadro azulgrana y lo único que invita al optimismo es que al haber certificado prácticamente el título de Liga puede administrar los días que faltan para recomponer la figura. En el otro duelo, y tras haber visto las penalidades que pasó el Borussia ante el Málaga, pienso que parte de claro favorito el Real Madrid. Aunque esa superioridad no la demostraron en la liguilla de clasificación, creo que los de Mourinho llegan mejor.

El deseo es que sea española la final, pero no sé, me da que la apisonadora Bayern puede doblegar al mejor equipo que vieron estos ojos. Las adversidades sufridas por el Barça a lo largo del curso han sido demasiadas con especial acento en el tiempo que Vilanova no estuvo en el puente de mando. Y la pregunta del millón es la de que con quién irá Pep Guardiola. Para mí que mientras más gane este Bayern más alto se encontrará el listón, conque a buen entendedor...