La presidenta hace huelga

En vez de simbolismos, Díaz podría convocar un Consejo de Gobierno extraordinario para tomar medidas de igualdad

Ha anunciado Susana Díaz que hará un paro simbólico de dos horas el 8 de marzo para apoyar la huelga feminista. Simbólico es palabra equívoca desde la declaración de independencia catalana: los sediciosos dicen ahora que fue simbólica, para quitarle hierro. En todo caso, la huelga ya es un éxito. Las expectativas y polémicas generadas han puesto foco a las desigualdades y abusos que sufren las mujeres. A esa notoriedad han contribuido objeciones de algunas políticas. Arrimadas lamenta que el paro se proclame anticapitalista. Criterio que comparto.

Las convocantes unen patriarcado y capitalismo, pero ha habido y hay machismo en todos los regímenes conocidos y las mayores cuotas de igualdad y bienestar de las mujeres se dan en democracias con economías de libre mercado. Menos sólido parece el argumento del PP de que la huelga es elitista. Deberían explicárselo a las kellys, que participan activamente. Quizá no está de acuerdo con la postura oficial de su partido la ministra García Tejerina y por eso sale por la tangente y plantea una huelga a la japonesa.

En todo caso la presidenta Díaz tiene dos trabas para hacer su paro: no tiene régimen laboral y además ¡ella es de la patronal! Preside la mayor empresa de Andalucía, que emplea a más de 250.000 personas. Si quiere hacer algo representativo, podría convocar el 8 de marzo un Consejo de Gobierno extraordinario, como el que concede las medallas de Andalucía. Y allí aprobar declaraciones, planes, órdenes, decretos que contribuyan a la igualdad. Y, de camino, ponerse al día. Porque la Junta tiene déficit en los cuatro ejes de reivindicación feminista.

El paro femenino andaluz es 9,5 puntos más que el estatal, mientras que en desempleo masculino la diferencia es del 6,6%. Además, las leyes de Igualdad de Género de 2007 obligan a todas las empresas de más de 250 trabajadores a tener un plan de igualdad interno para su personal. A la Junta también se lo exigía, pero 10 años después no lo ha hecho. En enseñanza infantil de cero a tres años sólo se da cobertura al 35% de la población y dos tercios en centros privados. En dependencia, Andalucía tiene las coberturas más amplias de España, pero el 87% de las cuidadoras no profesionales son mujeres. Y Canal Sur no siempre da buen ejemplo.

Y también, el bajo porcentaje de andaluzas en las Academias, en carreras técnicas o con licencias deportivas aconsejan que las autoridades tomen medidas. Dejemos los simbolismos a los populistas y pidamos a la política que cumpla con su misión.

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