EL Instituto de Secundaria Martínez Montañés, en Nervión, el único de carácter público en toda Sevilla que imparte el Bachillerato Internacional (ojalá hubiera al menos una docena con ese rango), ha empezado a dar cobijo en su salón de actos a la pasión cinéfila del veterano Manuel Gómez Román. Santo y seña de la extinta Cinemateca, fue el artífice del estreno en Sevilla de centenares de películas que no eran incluidas en la cartelera comercial. Gracias a él, durante décadas ha habido un interlocutor que aprovechaba los servicios culturales de países como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Italia para ofrecer interesantes ciclos. Todo a un coste irrisorio. Ojalá en todos los colegios e institutos se educara la mirada al cine.

En Sevilla hay muchas personas que están al servicio de la cultura, y aportan en pro de la ciudad su vocación y sus conexiones internacionales. Así ocurre en casi todos sus festivales. A todos los tengo en mente cuando pienso en el talante egocéntrico y de divino que ha demostrado Javier Martín Domínguez para propagar a nivel internacional que no sigue como director del Festival de Cine Europeo "porque el Ayuntamiento quiere hacer un festival de perfil bajo y con poco dinero". El de 2011 tuvo más de un millón de euros. En 2012, como mucho 700.000 euros. Una nadería para los imprescindibles como él en busca de estatus. Las virguerías que pueden hacer con ese dinero, y con menos, sevillanos con más redaños para promover de verdad la cultura y soslayar a los catetos de derecha y a los catetos de izquierda.

Martín Domínguez llegó a Sevilla para asumir la gestión de un certamen cuyo gran patrimonio era haber forjado un público compuesto por miles de personas dispuestas a ver cine alemán, ruso, danés, húngaro o portugués, en versión original con subtítulos. Es el gran activo del festival, lo que no debe cargarse el Ayuntamiento. Todo lo demás es ajustable, cuando la vida cotidiana es un mar de deudas, y cuando desde un ordenador se pueden bajar de internet filmografías enteras de cineastas de todos los idiomas y continentes.