LA selección aburre. Mucho. Nos ilusionaremos con cualquier jugadita y ya estaremos soñando con las semifinales, jaleando con los de Cuatro. Pero lo más desesperante de la retransmisión de este miércoles en La 1 eran los reiterados comentarios promocionales sobre el especial de Amar en tiempos revueltos de anoche. Juan Carlos Rivero parecía ese amigo enganchado a las telenovelas que se empeña en convencerte de sus efusiones vespertinas, sin éxito. Como en esas promociones publicitarias que protagonizan los secundarios de las series, más falsas que los pasadizos de El internado, tal frenesí telenovelero en medio de un partido de fútbol tedioso sonaba a señuelo para tontos.

Los de Muchachada Nui, en la cadena olvidada, enlazan sin problemas, con mucha cara, sus refrescos, sin distinguirse si estamos ante un anuncio, el Mundo viejuno o las aventuras del Hulk Hogan manchego. Los de Joaquín Reyes, irregulares pero convertidos en refugio de desesperados, se atreven a hacer cross over (no es nada malo, se trata de cruzar personajes con guiño al espectador) entre sus secciones. También en las promociones de Antena 3 empiezan a rebujar a Los hombres de Paco con La familia Mata. San Cajero Automático genera estos milagros publicitarios a los que la televisión se entrega con fe.

Los de Muchachada casi se autofinancian con la publicidad que cosen a su programa. De esta forma nos aseguraremos que el Gañán, perdón, Marcial, siga obsequiándonos con sus hipómtesis sobre temas de calado como la muerte (acudan al youtube si no lo vieron). A estos dadaístas del posmilenarismo no les afectan estos tiempos revueltos que encharcan de promos la simple narración de un partido de fútbol. Después, a última hora, se tomó un descanso el autobombo en persona, Chikilicuatre. Disco y Gráfica aparecieron en La paranoria. Venganza de La noria. De categoría.