TREMENDO. Sin haber aparecido el cuerpo de la víctima ya está en libertad uno de los participantes en el crimen. Aunque la Justicia dictaminó que sólo encubrió, lo cierto es que el muchachito estaba en la pomada y algo podría haber ayudado en la recuperación del cadáver. Algo podría haber contribuido a aminorar el dolor de la familia de Marta en estos dos años y medio de luto y desesperanza por el impedimento a cerrar un capítulo lacerante en sus vidas. Al dolor de la muerte de un ser querido se le pone un punto y seguido con el sepelio y sólo el hecho de saber dónde se encuentran sus restos dulcifica un punto la desaparición. Pero esto no se le ha permitido a la familia de Marta desde aquel infausto 24 de enero de 2009 en que se fue para siempre. La Justicia es como es y el encubridor ya está en la calle para escarnio y aumento del dolor en una familia que se instaló en una pesadilla que se hace eterna.
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