TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

No es esto lo que se quería hace 20 años

Con toda la España que merece la pena unida en la muerte de un joven concejal surgió el Espíritu de Ermua. Enarbolándolo, España fue orillando a la banda de asesinos vascos que llevaba veintitantos años sembrando de sangre y de luto la piel de toro. Efectivamente, el asesinato nauseabundo de Miguel Ángel Blanco iba a ser el principio del fin de esa banda, pero veinte años después de aquello nos damos cuenta de que aunque cesó la hemorragia de sangre inocente, la situación es desoladora. Mientras su ejecutor sigue mostrándole al mundo su mueca canalla, muchos de sus cómplices andan con los hilos bien agarrados desde las instituciones. Gran parte de la banda maneja el País Vasco entre la complacencia más o menos generalizada. Enmudecieron las pistolas, pero no es esto lo que se perseguía cuando todo el país se echó a la calle hace veinte años, veinte.

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