La esquina

josé / aguilar

El retador tramposo

EL número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, desafió en un mitin al ministro de Hacienda ante la noticia de que la Agencia Tributaria le estaba investigando por su peculiar declaración de los 425.000 euros que cobró por un informe sobre la unión monetaria de los países del eje bolivariano (Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador).

"Montoro, ¿me quieres meter miedo? No te tengo miedo, tengo mis cuentas muy en regla y pagados todos mis impuestos", retó Monedero al ministro más impopular por definición (es incluso más impopular que Wert). Miedo no tendría, pero, por si acaso, se ha apresurado a regularizar su situación tributaria mediante una declaración complementaria de la renta. No se sabe cuándo y cuánto pagó. La declaración se ha producido mientras miembros de la Agencia Tributaria intentaban inútilmente entregarle en tres ocasiones la notificación de que se le abría un procedimiento de inspección. En todo caso, al presentarla ha quedado libre de un posible delito fiscal.

Ha cumplido la ley a regañadientes, con efectos obviamente retardados, y ha dado un pésimo ejemplo de laxitud ética y cívica (está obligado a lo contrario, más que nada porque ya no es parte de "la gente", sino un político, líder cualificado de un partido con ambición de gobernar y amplias expectativas electorales). ¿O sólo la casta tiene que cumplir con Hacienda y descartar la ingeniería fiscal que le permite rebajar sus impuestos?

Monedero, cofundador de Podemos y responsable de una materia tan importante para este partido como Proceso Constituyente -el que se proponen hacer en España-, realizó un trabajo como consultor político, aunque centrado en asuntos monetarios, y los gobiernos de los países contratantes le abonaron 425.000 euros. Un trabajo bien remunerado. Este servicio se prestó en 2010, pero Monedero lo cobró en 2013 facturándolo a través de una sociedad mercantil llamada Caja de Resistencia Motiva 2. Ahora bien, esta empresa, de la que se nombró administrador único cinco días después de darla de alta en el Registro Mercantil, carecía de estructuras y empleados. Cuando el dirigente podemista asesoró a sus admirados gobernantes latinos no existía tal sociedad, lo que le habría forzado a declarar los 425.000 como persona física. Se ha ahorrado un pastón gracias a la caja de resistencia sobrevenida.

Ahora, sin miedo a Montoro, ha tenido que pagarlo. Y el tío no dimite.

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