ACCIDENTE lo que le pasó al Sevilla y reválida lo que el Betis pasó en Pamplona. Es el resumen a vuela pluma de la jornada octava dentro del nivel más cercano. Por lo demás, nuevo recital del Barcelona, del excepcional Barça de Guardiola y Messi, enloquecido encuentro en Villarreal, dos puntos que el Valencia se dejó por las retamas huelvanas y clarinazo de un Sporting que encarriló tres triunfos consecutivos no más dejar el Tourmalet. Y es que en el empinadísimo Tourmalet encallan todos. Bueno, todos nos, digamos que casi todos, pues el Málaga no pudo empezar mejor la escalada el domingo en Nervión.

Como simple accidente hay que catalogar lo del Sevilla. Un accidente sin importancia, uno de esos a los que nadie está ajeno, ni siquiera el Sevilla. Pero el peso del curso va pasando factura y aunque la mayor parte de los lesionados ya gozan de buena salud, los tiempos de convalecencia también inciden en el vértigo de tres partidos a la semana. Su renta acumulada es tan importante que ni siquiera pegándose el batacazo que se pegó ante los malagueños se resiente la espectacular brecha abierta en la tabla entre él y sus seguidores. Le faltó chispa, pero seguro que pronto volverá a lucir como antes, pues insisto en que todo ha sido un simple accidente.

Y el accidente ocurrió casi veinticuatro horas después de que el Betis sacase con bien su reválida pamplonica. No estuvo el equipo de Chaparro tan brillante como cuando Getafe, el Sevilla, Barcelona, Madrid o Villarreal, pero sí estuvo acompañado por lo que se le negó en aquellas ocasiones, por el triunfo. Ha sido todo abandonar el terrorífico Tourmalet para que la moneda muestra su cara. Chaparro va camino de que le salgan las cuentas, esas cuentas que increíblemente le exigían desde el propio club. De los nueve puntos disputó el Betis seis y seis consiguió. Sólo falta uno para los siete obligatorios y llega el Coruña, que no es, precisamente, el Superdépor.