El neorrealismo repartió con tanta prodigalidad su cuantiosa herencia -consistente en los bienes materiales del prestigio que abre mercados y en los inmateriales del talento que codifica nuevas formas de contemplar la realidad y narrarla- que tuvo para colmar las expectativas de su numerosa descendencia y dar vida a las tres décadas de oro del cine italiano. Dino Risi vivió esta aventura desde antes de su principio, cuando Lattuada y Soldati le enseñaron el oficio aún bajo el fascismo. Tras 1945 se abrió camino como guionista -Ana de Lattuada- hasta debutar en la realización en 1951 con la premonitoria unión de Terence Hill y Bud Spencer en Vacanze col gangster.